Bueno,
quiero contarles que ahora vivo en Tegucigalpa, ya no estoy en Villa Jericó,
entre a la universidad (a pura fe realmente porque no cuento con los recursos
para pagarla, pero Dios si los tiene, aleluya) y me ha tocado caminar mucho
haciendo diligencias…
En la costa
siempre hay un ambiente muy familiar, siempre que alguien va caminando por la
calle y se encuentra con otra persona no puede evitar saludar (por respeto) aunque
no se conozcan. Yo no soy la excepción, estos días que he caminado bastante,
como un auto reflejo, saludo a la gente.
Pero como aquí
en Tegucigalpa la gente vive un estilo de vida muy agitado, rápido y hasta
cierta parte, me atrevería a decir ermitaño, sin mencionar la delincuencia
incontrolable, la gente vive en la zozobra que no sabe qué se va a encontrar en
la calle, no puedo evitar reírme al ver sus caras cuando saludo a la gente en la
calle es como si dijeran ‘’Dios mío, ya me asaltaron’’ hahahahaha! Es muy cómico,
y realmente no puedo evitarlo siempre me acostumbre a saludar la gente en la
calle. Creo que lo más chistoso fue cuando iba para la universidad una señora venia
en sentido contrario a mí, y cuando se iba acercando la salude y ella hasta se
detuvo toda asustada, yo fingí no haber visto ese impulso terrorífico pero después
cuando llegue a la universidad no pude contener mi risa… hahaha ayyyy Dios…
Si alguien de la capital lee esto quiero que sepan que no todos somo malos...!!!!! siempre hay alguien con un saludo limpio que no te pedira nada mas que un gesto amable en respuesta...
Pensando en
ese clima de inseguridad y aceleración que causa ese sentido aislante en la
gente de la capital me puse a pensar en que la Biblia tiene una historia
similar… Jesús y la samaritana. Se sabe por cultura general que la relación judío-samaritana
nunca fue buena, los judíos trataban de <perros> a samaritanos por ser
una población muy pobre y despreciada. Solo puedo imaginarme la cara de la
samaritana cuando Jesús llego y le pidió agua… sin embargo todos ya sabemos cómo
termina la historia .
Mi punto en
esto es (y es lo que a nivel social he estado meditando) la gente ya no confía en
nadie, ahora en las calles todos son asaltantes, todos son homicidas, todos con
extorsionadores en fin todos son delincuentes, lo que la gente no sabe es que
siempre hay alguien integro que está dispuesto a atenuar esa tensión adquirida.
Lo mismo es con Jesús… la samaritana cuando miro a Jesús lo primero que
esperaba era un mal gesto, un maltrato o alguna agresión verbal proveniente de Jesús,
lo que ella no sabía es que estaba al frente del ciudadano más ejemplar que
este mundo hubiese podido conocer. El no dio un insulto, una agresión, el nunca
violo los derechos de alguien.
Y lo peor
de todo esto es que, aun sabiéndolo, nos preguntamos qué es lo que necesitamos
para transformar una ciudad. Hace poco leí en internet una frase que encaja
perfectamente, en Honduras estamos de cara a las elecciones, que considero yo estarán
muy cuestionadas y sobre protegidas al tener un partido de izquierda radical al
que se le atribuyen la mayoría de las desgracias sociales del país, esa frase
fue ‘’Porque todos quieren trabajar desde el Congreso Nacional? Acaso no
podemos hacer algo por nuestro país en nuestras comunidades?’’ eso es muy
cierto, y es lo que Jesús hizo.
Jesús es
nuestro ejemplo de ciudadano ejemplar y esencial… Él debe ser el centro de
nuestra vida y nuestra sociedad, nunca podríamos esperar de el un insulto o una
agresión… Bonito no?
Ahí se las
dejo para que pensemos un poco…
En Jesús…
A. Mario R. Forgas
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