viernes, 27 de septiembre de 2013

El Pais a la merced de la corrupcion.

Pro 11:1-8  El peso falso es abominación a Jehová;
 Más la pesa cabal le agrada.
Cuando viene la soberbia,  viene también la deshonra;
 Mas con los humildes está la sabiduría.
La integridad de los rectos los encaminará;
 Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos.
No aprovecharán las riquezas en el día de la ira;
 Mas la justicia librará de muerte.
La justicia del perfecto enderezará su camino;
 Mas el impío por su impiedad caerá.
La justicia de los rectos los librará;
 Mas los pecadores serán atrapados en su pecado.
Cuando muere el hombre impío,  perece su esperanza;
 Y la expectación de los malos perecerá.
El justo es librado de la tribulación;
 Mas el impío entra en lugar suyo.

Hoy les hablare un poco de política y un poco de la cruda realidad que está viviendo Honduras. La comunidad internacional nos cataloga como el país más violento del mundo, el país más pobre y el más corrupto del mundo. Es doloroso saber que ante el mundo nuestro país es el peor de todos, es terrible darse cuenta que solamente sobresalimos en los primeros lugares pero en las peores listas. Debemos hacer un alto y meditar en nuestros caminos, hace mucho tiempo comprendimos que en este y en todos los países que nos  leen la necesidad es Dios. Solamente Dios puede hacer un cambio al rumbo de un país.

Seguro que ustedes pensaran que yo le estoy haciendo guiños al poder político, de ninguna manera, claro tengo mis aspiraciones pero no es algo que tenga que dar a conocer en este momento, sin embargo, no me desligo de la responsabilidad que tengo con mi país.

Quiero escribir esta publicación a título personal, me gustaría contarles todo lo que tengo en mente pero no puedo. Solamente les puedo decir que he visto de cerca (por no decir que he palpado con mis manos) tan fuerte flagelo como lo es la corrupción, ver abogados que se venden al mejor postor, ver jueces que venden su dignidad y su vida por un par de dólares más, ver periodistas parcializados ante el poder que algunos profesan tener ver una policía nacional torcida, vil y criminal que en cohecho con el crimen organizado se prestan para vergonzosos y degradantes hechos, ver dentro de las instituciones del Estado funcionarios que cobran hasta un 10% por emitir un cheque de pago a un proveedor, ver políticos de X partido vender sus dignidades con tal de votar a favor de una ley que lo que hace es seguir hundiendo el país en la desgracia, la desilusión y la desesperanza; cualquiera que dice que esto no está pasando en el país me dice 2 cosas, o no se informa o es parte de todo este berenjenal . Hasta donde hemos de llegar con esto? Sera que volveremos al inicio?
Estamos viviendo tiempos en los que la muerte se pasea libremente por las calles esperando cobrar su próxima víctima, en los que la delincuentes se encuentran afuera haciendo daño y causando dolor a la población que lo único que hace es esperar un milagro por parte de los políticos que gastan millones y millones en campañas políticas ostentosas. Tenemos las prioridades invertidas, a lo malo llamamos bueno y a lo bueno malo. Estamos viviendo tiempos en los que los poderosos y oligarcas de este país controlan las instituciones de justicia a su antojo, comprando magistrados, poniendo y quitados jueces, financiando proyectos de dudosa integridad; poderosos que creen que con todo su dinero y su poder pueden poner de rodillas a una nación que lo único que hace es clamar por justicia.

Sé que no es bueno estar exponiendo problemas que ya sabemos, lo importante aquí es plantear soluciones. Y he aquí la única solución posible, DIOS.  Hasta que volvamos a los valores espirituales y morales que hacen de un país grande, no veremos la luz del día en esa situación, si tan solo los hombres de Dios tomaran el control de las cosas, hombres como los delegados de Moisés, como los valientes de David, hombres como los profetas, hombres como el mismo JESUS que nos dio un ejemplo de vida integra y recta delante de Dios y los hombres. Si nosotros queremos un Estado y un País sano necesitamos con urgencia hombres con valor, con principios, con personalidades que demuestren lo que profesan. El poder político solamente debe usarse en pro del pueblo y sus necesidades no para beneficio propio. Cuando los hombres dejemos de luchar por las cosas que nos hacen ser personas de principios, en ese mismo momento perderemos nuestra humanidad. Al final de todo esto el Señor nunca cierra la puerta, Dios siempre hará sobresalir su justicia y su misericordia sobre la cabeza de los justos.


Siempre con la esperanza puesta en Dios que un dia el sol de justicia brillara sobre la causa de los justos. En Jesus, A. Mario R. Forgas.

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