martes, 5 de enero de 2016

Intolerancia

Hola a todos. Aquí estamos de nuevo siempre con una palabra que, espero yo, sea de mucha bendición para tu vida.

 

Feliz año nuevo para todos, es mi deseo que la abundancia impere en nuestros corazones y que todo lo que no pudimos cumplir en el 2015 lo podamos hacer en este 2016, el Año de la Abundancia.

 

Comenzamos este año lleno de expectativas, metas, sueños etc. Etc. Etc. es bonito todo eso pero que triste ver cómo muchas vidas quedan hechas pedazos a raíz de la criminalidad que impera en Latinoamérica, no sé porque pero me ha impactado mucho el caso de la Alcaldesa Gisela Mota que fue vilmente asesinada por un cartel mexicano simplemente por estar en contra de los ideales criminales. Según lo que he leído la extinta alcaldesa iba a poner las cosas en orden en Temixco y me sorprendió mucho el hecho que ella se entregara voluntariamente para salvar la vida de su familia. Es triste y muchas veces doloroso pensar en la agonía de esta familia que ha perdido la columna de su hogar, una mujer de 33 años que según cuenta la comunidad vivía para servir al pueblo y que muchos grupos sindicales y trabajadores obreros pusieron su confianza y divisaban un futuro prometedor para su ciudad.

 

Actualmente existe, el denominado, triangulo norte que lo componen Guatemala, El Salvador y Honduras y según los observadores de la violencia son los 3 países más violentos de la región con índices de criminalidad que nunca antes se habían visto. Sin embargo, se ha visto el compromiso de los gobiernos que han trabajado en pro de la seguridad de las naciones, puedo y debo hablar en nombre de Honduras, es satisfactorio ver las buenas noticias a diario, se reduce el número de muertes, los operadores de justicia hacen su trabajo como se deben, lo índices de violencia han bajado y se mantiene la tendencia a la baja. Pero por mucho que esto suene bien nada podemos hacer si Dios no está en medio del pueblo.

 

Lo sé, parezco disco rayado, cuantas veces no han escuchado presidentes decir que Jesús es el centro de su nación o autoridades de alto nivel dando alabanzas a Dios dentro de una congregación y alrededor todo está de cabeza, es cierto, la Biblia dice que cuando el justo gobierna el pueblo se alegra, pero quiero en esta ocasión sembrar en el lector la cuota de responsabilidad que tiene en pro del bienestar social. Puedo encontrar en la Biblia múltiples pasajes que me prediquen acerca de cómo un pueblo debe buscar a Dios para que la ciudad tenga paz y bendición pero quiero centrarme en uno, el que yo considero que es nuestro 911 del cielo.

 

2 de Crónicas 7:14

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; ENTONCES yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

 

Acerca de ese pasaje podría escribir muchas cosas pero me impacta mucho la frase que dice “sobre el cual mi nombre es invocado” y es ahí donde recibo mi pauta, Dios dice “Hey, ni siquiera MI PUEBLO el pueblo que me juró lealtad, el que canta en la iglesia y predica mensajes poderosos, el pueblo que INVOCA MI NOMBRE no se humilla ni ora ni busca mi rostro y andan en caminos torcidos”  y Dios solo nos pide eso, que si hay 99 que no invocan el nombre de Dios pero hay uno que si lo hace, si ese uno se humilla, ora, busca y se convierte de su mal camino, si solo uno lo hace Él oye desde el cielo.

 

Entonces hermanos, lamentablemente debo decirlo, nosotros tenemos una gran cuota de culpa de todo lo que pasa en nuestro alrededor. Te has preguntado cuantos cristianos hay en tu ciudad? O no nos vayamos tan lejos, cuántos hay tu bloque o cuadra? Se reúnen para orar? O dicen como aquellos de la iglesia primitiva “Yo soy de Apolo, yo soy de Pablo”?

 

SOMOS UNO, aunque muchas veces parezca difícil asimilarlo pero pertenecemos a un mismo cuerpo y este cuerpo se duele todo cuando un miembro se duele. Es igual una nación, pertenecemos a una sola nación y cuando algo terrible sucede, por muy lejos que te encuentres del lugar debes levantar tu voz al cielo y pedir misericordia, rogar a Dios que nos oiga, nos mire y cambie nuestra nación, sin importar la religión, al final, la religión ni doctrina salva, si en eso consistiera ni tu ni yo estuviéramos dentro del propósito de Dios.

 

Humillémonos delante de Dios, invoquemos su nombre y apartémonos de iniquidad, El quiere sanar nuestras naciones y hacer de nuestra tierra un lugar donde fluya leche y miel. Seamos intolerantes a la violencia que sacude nuestras naciones, demostremos que los hijos de Dios estamos unidos, creo que estamos en los tiempos en que la tierra gime a la espera que los hijos de la luz nos manifestemos, llevemos nuestra tierra a la adoración a Dios, llenemos nuestros congresos de diputados que busquen el rostro de Dios que piensen en las futuras generaciones y no en las próximas elecciones, coloquemos en nuestros palacios presidenciales hombres y mujeres que abunden en sabiduría para que el pueblo se alegre y no gima.

Es mi mayor deseo.... seamos intolerantes.

 

Te bendigo.

 

En Jesús…

El Intolerante…. A. Mario R. Forgas.

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