lunes, 22 de junio de 2015

Una Historia de Amor


Hola a todos. Espero estén bien, me perdido por algún tiempo pero ya estamos de nuevo en sintonía. Quiero mandarles un saludo caluroso a todos ustedes, es mi deseo que Dios les siga bendiciendo y que siempre estemos en sus caminos. Aquí vamos…

Nana esta se la dedico a usted y a su Historia De Amor.

Dios es bueno, eso es indiscutible y Él nos pone en el camino personas maravillosas que marcan nuestras vidas sin duda alguna. En Noviembre del 2014 tuve que regresar a Tegucigalpa a vivir por cuestiones de trabajo y comencé  a congregarme en Ebenezer Hossana, ahí conocí a una familia que poco a poco he ido ganándome el cariño y ellos se han ganado el mío; la familia Posadas, familia ministerial fuerte en Dios y creo que es válido decir que no sabía lo fuerte que eran hasta el domingo pasado.

De principios prósperos, Amida Molina (A quien de ahora en adelante llamaremos Nana) disfrutó de una familia unida, padres ejemplares y una muy buena posibilidad económica hasta que un día unos hombres entraron a su casa, intentaron robar y su padre salió a defender lo suyo resultando ser la víctima mortal de este encuentro. Todo se vino a pique, la economía cayó, las posibilidades económicas ya no eran tan posibles, los negocios fueron puestos a la venta, las arcas empezaron a escasear hasta un punto de extrema necesidad, ahí  se cumple la palabra que dice “He aprendido a vivir en riqueza y pobreza”. Conoció a Antonio Posadas cuando estaba en I Curso de Ciclo Común, en otros países sería 7mo grado. Ahí nace la historia de amor que duró 41 largos y provechosos años. Como toda pareja el comienzo fue difícil, ella siendo maestra no tenía trabajo, solo él en una corredora de seguros, eso bastaba, sin embargo Toño quería más, quería dar un futuro provechoso para su amada e hijos y con la venia de ambos decidieron que entraría a la universidad para posteriormente graduarse de Abogado y Notario, tuvo su bufete en el sur de Honduras, fue maestro, hombre intachable de carácter temple pero una vida llena de ternura para los suyos pero la mano de Dios se empezó a mover y Toño empezó a padecer, con tratamientos médicos y mucha diligencia logró mantener su estilo de vida hasta que un día decidió dejar los medicamentos confiando en su “Estoy bien…”, sin embargo, un día un infarto dictó lo contrario y ahí comenzó el declive, su salud se fue deteriorando, después de tantos años la prueba sobrevino, y la situación se tornó más difícil, el conocimiento se fue perdiendo, la memoria fue dejando de funcionar poco a poco y el reconocer a los suyos se volvió cada vez más difícil. Un día Nana con uno de sus hijos le dijo “Viejo, vos conoces a éste?” y él dijo “Lo que más se quiere no se olvida” palabras que cada vez que las recuerdo me hacen derramar un par de lágrimas.

Decidieron que pasarían la prueba en el sur de Honduras, un día la pastora de la iglesia a la que ellos pertenecían decidió visitarlos y al ver el estado de Toño sintió de Dios decir “Hermana entrégueselo al Señor”, Nana no quiso, pasaron más de dos meses en los que ella se rehusaba a dejar que Dios tomara la vida de ese ser que por 41 años fue el amor de su vida y lo digo yo, sé que lo sigue siendo hasta el día de hoy y lo será hasta que el Padre decida que estén juntos de nuevo.
Toño, a quien sus nietos le decían “Tata”, logró despedirse de ellos ya que venían para Tegucigalpa al conservatorio de música en el que ellos estudian. Ese mismo día Nana al ver el estado de su esposo abrió la puerta para que la mano de Dios culminara el ciclo de Toño, solo dijo “Señor, sírvete de él” y esa misma noche el Señor tomó su alma.

La Biblia declara “Muere el justo y nadie se explica porque”. Durante el sepelio de Toño, Nana tuvo la entereza de ponerse en pie, dar palabras de agradecimiento e incluso recitarle a su amado Toño el poema de cortas líneas que tanto le gustaba, eso quedó grabado ya que varios alumnos de Toño eran periodistas y documentaron todo.
Han pasado más o menos 3 años de la partida de Tata pero al ver a esa mujer de Dios contar esta historia de la forma en que la cuenta, ver como habla de su amado, ver la pasión en sus ojos y en el fondo un profundo deseo que dice “quisiera que estuvieras aquí” hace que los sentimientos de cualquiera salgan a flote yo no pude contenerme…. (Solo puedo decir desventurada sensibilidad haha).

La Palabra dice “Un cordón de 3 dobleces no se rompe tan fácil” y yo vi más de 3 dobleces en ese cordón, un amor tan puro y tan inocente que a pesar de todas las dificultadas nunca existió en su vocabulario la palabra “separación o divorcio” sino que entre más fuerte la prueba, más fuerte el amor que los unía. Dios bendijo esta familia en sobremanera, puedo decir DIOS ES BUENO y a pesar del dolor de despertarse y saber que ya no está ese ser que por tantos años estuvo a tu lado podemos seguir adelante sonriéndole a la vida y dando a sus hijos y nietos el amor que por tantos años fue sembrado por esa pareja y que hoy podemos decir con toda certeza, está dando sus frutos. Al oír esas palabras de Nana cualquiera puede decir que envidia poder llegar al ocaso de la vida y contar una historia de amor como la suya.

El Señor nos prepara día a día para caminar en un mundo que cada vez va de mal en peor, sin embargo al oír esa historia de amor, que es digna de hacerla película, solo recuerdo de “el gran amor que nos ha dado el Padre al hacernos hijos de Dios”, que bendición poder sentir que nosotros estamos siendo parte de una eterna historia de amor. Solo me queda rogar al cielo por las familias que hoy están atravesando dificultades, carencias e incluso separaciones, espero en Dios que el sol salga y puedan terminar su vida con una verdadera Historia de Amor como la de Nana y Tata. De mi parte lucharé para llegar a contar mi Historia De Amor.

Con lágrimas en mis ojos te escribo esto desde el fondo de mi corazón, Nana esta es para usted.
Dios te bendiga.

En Jesús…
El Sensible A. Mario R. Forgas!

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