Hola mis queridos
lectores, quiero decirles que he recibido y contestado a todos los
que me han mandado sus saludos, buenos deseos y experencias.
Quiero saludar
especialmente a Eloisa, mexicana de nacimiento pero residente en
Europa, un abrazo fraterno y un caluroso saludo.
Se preguntarán porqué
hago mencion de ella, si han seguido mi linea de tiempo sabrán que
solamente me refiero a las personas que por multiples motivos han
sido especiales en mi vida o me han dejado una gran enseñanza.
La vida a traves de los
años nos enseña que el corcho se hunde y el plomo flota, nada en
esta existencia nuestra es lo que aparenta ser, muchas veces la vida
misma nos hace entender que las palabras son mas que innecesarias y
que solamente nos queda poner cara de palo y ser hipocritas. Sé que
suena muy mal esa palabra, en lo personal no me gusta usarla porque
se escucha grotesca y muy ofensiva, sin embargo estuve invertigando
un poco acerca del origen de esa palabra y es que se remonta a la
antigua Roma cuando estuvo en auge el entretenimiento circense
habia una parte de los circos que actuaban especialmente para las
altas esferas sociales y gubernamentales entonces, Hipocrita se le
llamaba a aquel actor que podía un dia interpretar el papel de un
rey y que al dia siguiente podía, sin problema alguno, interpretar
el mendigo.
La muerte,
definitivamente se ha convertido en el arma mas eficaz de aquellos
que buscan hacer daño, dando como resultado de esta las ausencias
irreparables y dolor que no se calma con analgesicos y es que nuestra
amiga Eloisa me envió una carta que conforme iba leyendo mis
lagrimas iban cayendo y es que pude notar en esas letras que el
sentimiento con que se habia escrito se impregnó en mi y pude sentir
ese dolor y esa angustia. Con el permiso de ella, yo se los comparto,
no sin antes decirles que por seguridad tuve que cambiar el nombre :
“Hola Mario,
Es un gusto
saludarle desde lo lejos, soy mexicana pero por multiples razones
tuve que salir huyendo de mi país y pedir asilo politico en una
nacion de Europa. Tengo 28 años y una gran historia que contar. Mi
familia nunca fue acaudalada ni tuvimos dinero, viviamos del diario,
de lo que podíamos conseguir a diario, tuvimos una infancia dificil.
A mis 22 años ya habia tenido muchos hombres en mi vida pero este
ultimo era el diablo mismo. Me enamoré perdidamente del que sería
mi maldicion.
Al inicio, como
todo, fue color de rosa, me prometió el cielo, la luna y las
estrellas, sin embargo a los pocos meses de estar juntos empezó el
calvario que cambiaría mi vida para siempre, salí embarazada y la
verdad es que al principio de mi embarazo todo parecía que se
volvería como al principio, color de rosa, sin embargo, no fue asi
recibi golpiza tras golpiza y solamente tenía que quedarme callada
sin decir palabra alguna, nunca tuve el apoyo de mi familia. Al
tiempo me di cuenta que la persona que yo consideraba, era el amor de
mi vida resultó ser una persona muy peligrosa, asesino a sangre fría
y pude comprobarlo cuando al momento que tuve mi hijo, tres meses
despues él me lo arrebató y yo fui secuestrada.
Fuimos llevados a
un lugar que no conocía, para no saber a donde ibamos me taparon la
cabeza con una bolsa negra, solamente recuerdo que estando ahi vi
como utilizaron a mi bebe para hacer un ritual satanico, frente a mi
lo descuartizaron y se bebieron su sangre, a mi me violaron muchas
veces muchos hombres durante mucho rato tanto así que quedé
inconsiente y no supe nada mas de mí. Yo pensé que mi iban a matar,
no esperaba salir con vida de ese lugar pero me dejaron en un pueblo
de mala muerte, cuando desperté una señora muy amable me dijo que a
su hija le habia pasado lo mismo y que esos hombres le habian pagado
a ella para que me cuidara hasta que me sintiera mejor y me fuera a
mi casa. Traté de hablar con mi familia pero no pude sino hasta dos
horas despues...”
Es parte de la carta de
Eloisa que a grandes rasgos nos dice lo que ya les habia indicado yo,
en este mundo el corcho se hunde y el plomo flota, ella me indicó
que en una de nuestras publicaciones pudo encontrar un mensaje de
paz, una palabra de aliento, esa palmadita en la espalda que nos dice
“Vamos, todo es pasajero en la vida, todo estará bien !” es
inimaginable el dolor y el sufrimiento al que esta mujer se enfrentó
algo indeseable, incluso para nuestro peor enemigo.
Muchas veces los golpes
de la vida (llamese diablo, llamese destino, etc) nos enseñan a que
simplemente lo que nos queda es recoger, empacar y marcharse con los
restos golpeados de nuestra dignidad y caminar de frente, por la
puerta grande. Historias como la de Eloisa nos dictan la pauta que,
cualquier cosa que nos pudiera pasar, no son nada en comparacion a lo
que ella sufrio. Ayer leí algo que me dejó muy pensativo ya que
personalmente estoy pasando una transicion bastante compleja,
familiarmente hablando y en esas situaciones es que nos damos cuenta
que las palabras que nos puedan decir caen como hojas de otoño y el
viento vuelan en el aire, se convierten en palabras innecesarias
cuando con la voz dicen algo y con las acciones demuestran todo lo
contrario y dejan en evidencia su simple humanidad y lo vil que las
personas pueden llegar a ser.
“Vi como la mentira y
la excusa le facilitó la vida, tanto que se volvió en habito, el
habito en constumbre y la costumbre se convirtió en ley” este
pensamiento me cayó como anillo al dedo, nosotros simplemente no
podemos confiarnos del hombre, aunque sea nuestro propio padre,
porque incluso este nos traiciona. Hay que ser hipocritas, debemos
saber interpretar el papel del rey y el papel del mendigo, reir en la
alegría y reir en la tristeza, tragarse el orgullo y saber pedir
perdon y tambien tragarse el orgullo para poder perdonar, tragarse
las palabras de odio y saber decir las palabras de amor y aliento.
La vida no es facil mis
queridos lectores, Eloisa ya nos mostró que no lo es y yo se que
muchos de ustedes e incluso yo tenemos una historia que contar,
podemos decir que venimos de un lugar de tierras aridas pero que
nuestro final será el que Dios tiene preparado para nosotros y no un
mundo donde el corcho se hunde y el plomo flota.
Que Dios te bendiga !
El Hipocrita,
Mario Forgas
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